martes, 13 de mayo de 2008

Ensayo Final

UNIVERSIDAD ICESI
COMUNICACIÓN ORAL Y ESCRITA II
Ensayo Final
Laura Marcela ESGUERRA RESTREPO
0726040

LA DEPRESIÓN Y EL SUICIDIO VAN EN AUMENTO

“El suicidio sólo debe mirarse como una debilidad del hombre, porque indudablemente es más fácil morir que soportar sin tregua una vida llena de amarguras.”
Johann Wolfgang Goethe


Hace días Christina se siente triste, aburrida de su vida, de su familia, de sus amigos, de todos aquellos quienes la rodean. Ella no comprende qué pasa, no come, no estudia, se siente inservible, simplemente no quiere vivir más. Los días pasan y Christina sigue sintiéndose mal. La situación en su hogar es desfavorable y ella no cuenta con amigos cercanos. Sus padres no tienen los recursos para pagarle un colegio y ella no consigue un empleo para ayudarles con los gastos del hogar. Después de pocos meses, Christina sufre de depresión severa y atenta contra su vida. Ahora Cristina está muerta, ella no soportó la presión y decidió quitarse la vida. Como Christina hay miles de jóvenes en el mundo; personas que sufren de una enfermedad silenciosa que puede incitar al suicidio. La depresión se ha vuelvo una enfermedad común en distintas poblaciones; antes se creía que solo atacaba a adultos, ahora se sabe que también ataca a niños y ancianos. Durante los últimos años, el número de personas que sufren de depresión ha aumentado considerablemente, al igual que el número de suicidios en la población entre 15 y 25 años, además el número de suicidios en el mundo supera el número de homicidios en guerra . La depresión, la causa más común de suicidios , es una enfermedad de tipo psicológico que repercute en el estado físico, emocional y social de la persona que la padece. La depresión, y por lo tanto los suicidios, van a continuar aumentando en la población joven como consecuencia de la disfuncionalidad familiar, las pocas oportunidades laborales y los prejuicios sociales, si no se toman medidas para controlarlo.

En primer lugar, la disfuncionalidad familiar está asociada fuertemente con episodios depresivos e intentos de suicidio. Se ha comprobado que los adolescentes (en especial mujeres) que provienen de hogares disfuncionales están más propensos a atentar contra sus vidas . Probablemente las razones más claras por las cuales los hogares se convierten en espacios disfuncionales, es la presión que tienen los padres cuando se trata de manejar el hogar, de conseguir dinero y de educar a los hijos. Cuando la presión por mantener un buen hogar incrementa de manera considerable, las personas se vuelven más inestables, y por consecuencia más agresivas y difíciles de tratar. La disfuncionalidad familiar es cada vez más común, y no necesariamente por problemas de tipo económico, sino por el poco tiempo que los padres y los hijos comparten. En las familias actuales la comunicación no es un factor constante, simplemente los padres le dan dinero a sus hijos, y sus hijos salen con sus amigos mientras los padres continúan trabajando. Esta situación de abandono produce sentimientos de soledad que hacen que los adolescentes no se sientan queridos y apreciados, y estén más propensos a deprimirse. Por eso, es importante que las familias se comuniquen, que hablen de sus inquietudes y problemas. Es indispensable que los miembros en el hogar aprendan a escucharse, a aceptar las diferencias y a compartir actividades que ayuden a crear lazos de confianza.

En segundo lugar, las oportunidades de estudio y trabajo son muy pocas para adolescentes que tienen grandes necesidades. Es muy común escuchar decir que para ser alguien en la vida es necesario estudiar y ser un profesional. Para aquellos que el costo de oportunidad de estudiar es muy grande no les queda más remedio que buscar trabajo. En el caso de los jóvenes, conseguir un buen empleo no es cosa fácil pues no poseen la experiencia que las empresas necesitan en un empleado. Hay muchos adolescentes (más de 1.5 millones, en Colombia) que trabajan. Aproximadamente 800.000 de ellos no reciben ninguna clase de remuneración. Esta situación es preocupante, pues las personas cada día tienen que trabajar más para recibir menos. La educación se ha vuelto un lujo de clases privilegiadas, y el trabajo un deber de las clases pobres. Los jóvenes que tienen la necesidad de trabajar para sobrevivir, viven bajo presión, pues si no ganan dinero, no comen. Son reprimidos por la sociedad, no estudian, y sus futuros son inciertos. Su trabajo es lo que los mantiene con vida, lo que les proporciona un lugar para vivir y un plato para comer. Sus sueños no son más que una fantasía. Todos estos adolescentes se hacen preguntas a sí mismos, tratando de buscarle respuestas a esa falta de apoyo y oportunidades que necesitan. Sentimientos de frustración aparecen, rabia y desesperación. A causa del estado emocional muchos adolescentes se enferman, como lo muestra un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid, el cual confirma que las personas que sufren de depresión son las que más gastan dinero en salud . Mientras la situación económica en Colombia continúe así, las oportunidades de estudio sean escasas, y las tasas de desempleo aumenten, existirán personas que no soporten la carga que implica el trabajar por horas y ganar un mínimo, y existirán adolescentes sin metas ni sueños que no deseen vivir más.

En tercer lugar, el estereotipo del hombre y la mujer perfecta influyen en la autoestima de los adolescentes. Los medios de comunicación incitan a las personas a adquirir productos con la idea que si los consumen se verán y serán más atractivos. Esta clase de campañas publicitarias tienen más efecto en los jóvenes. Tener el cuerpo perfecto, el rostro delgado y caderas anchas, en el caso de las mujeres, ya no es sólo para personajes de telenovelas, pues cada persona quiere conseguir esta clase de belleza que impone la sociedad consumista. ¿Qué pueden hacer aquellos que no poseen los medios para ser más atractivos físicamente? Probablemente deprimirse, sentirse menos, o simplemente no lo suficientemente buenos para la sociedad materialista.

En contraparte, no todas las personas se dejan influenciar por los medios de comunicación o afectar por su situación familiar y laboral, sufren de depresión. También es cierto que la depresión no afecta a todos los individuos. Sin embargo, en muchas ocasiones quienes sufren de depresión no lo admiten y simplemente no buscan ayuda. En ese caso no es que no se sufra de depresión, sino que se padece de un proceso de negación. Entonces, ¿por qué no prevenir y tratar la depresión? Se ha demostrado que el incremento de antidepresivos disminuye el índice de suicidios, y que el riesgo de suicidio entre los pacientes depresivos no tratados es casi el doble de alto que entre los depresivos tratados . Estos datos simplemente afirman que es necesario tratar la depresión antes de que los pacientes atenten contra sus vidas, y es importante aprender a identificar cuándo una persona está deprimida y en riesgo de suicidio.

Por último, es importante tomar acción ante el problema que la depresión representa para las sociedades en el mundo. No es normal que el número de suicidios aumente cada día más y que el rango de edad de las personas que se suicidan cada vez sea más bajo. Poco a poco entramos a un mundo donde el suicidio se vuelve algo común, y no debería ser así. Es necesario tomar conciencia de este problema para tratarlo de manera adecuada, y es importante informar a las personas sobre los síntomas y tratamientos para la depresión, y así aumentar su incidencia en la población. Es obvio que existe un problema, entonces ¿Por qué no tomamos el problema de raíz y buscamos solucionarlo?

No hay comentarios: